Muchos de nosotros vivimos con miedo en este momento… la pandemia de la COVID-19 se ha extendido a casi todos los continentes con más de tres millones de casos confirmados en todo el mundo, cientos de miles de muertes, un millón de casos de la COVID-19 solo en los EE. UU. y en aumento… el asesino invisible sin cura o vacuna conocida. Muchos se preguntan: «¿Qué puedo hacer para mantenerme a salvo? ¿Cuándo terminará esto? ¿En quién puedo confiar?» Estos tiempos de ansiedad requieren un cierto tipo de líder, no el líder súper exigente, el líder sin tregua, que intenta ganar a toda costa. Más bien, el líder que necesitamos para estos tiempos es el líder empático. Uno que se detiene, que escucha, que se preocupa por los empleados y los clientes como personas. Alguien que está en sintonía con las señales emocionales de su equipo y toma las medidas apropiadas para gestionar y moderar esas emociones. ¿Suena demasiado sensible? Aquí hay algunas cosas que hice para liderar con empatía cuando el coronavirus amenazaba con afectar nuestro negocio.

Comunicar:A mediados de marzo, sabiendo que el equipo estaría cada vez más ansioso y preocupado por su seguridad y situación laboral a la luz de la pandemia venidera, organicé una reunión semanal con todos los directores de BRI para verificar y compartir cualquier información y actualizaciones. Después de cada reunión (celebrada inicialmente en persona, ahora de manera virtual), envío un correo electrónico a todo el equipo, y los actualizo a todos sobre cualquier nuevo desarrollo y/u orientación sobre cómo mantenerse seguro. Además, me comunico con cada uno de mis directores en varios momentos a lo largo de la semana. Ahora, más que nunca, la gente quiere escuchar a sus líderes y los líderes necesitan escuchar a su gente.

Sosegar:Cuando pareció que la COVID-19 podría interrumpir la producción y las operaciones comerciales, me comprometí con nuestros clientes a continuar entregando los productos y con los miembros de nuestro equipo a mantenerlos en la nómina, independientemente de las circunstancias comerciales. Este mensaje sirvió para calmar sus preocupaciones, sabiendo que estábamos haciendo todo lo posible para controlar lo que estaba a nuestro alcance.

Conectar a las personas:El hecho de que los equipos trabajen de forma remota no significa que no necesiten establecer una conexión personal. Dado que teníamos varios cumpleaños de abril a celebrar y nuevos miembros del equipo a quienes darles la bienvenida, pero todos estaban distanciados socialmente de manera segura, trabajé con mi equipo para organizar un almuerzo virtual: cada miembro del equipo pidió comida para llevar de un restaurante local y todos almorzaron frente a su computadora, y jugamos un emocionante juego de «Dos verdades y una mentira» por medio de Microsoft Teams. Era una forma divertida de mantenernos conectados, a pesar de que no estábamos todos en la misma habitación.

Al liderar con empatía, el líder da permiso y crea espacio para que los miembros del equipo se presenten auténticamente a trabajar. A veces no se trata de tener la respuesta correcta o tener todo resuelto. A veces solo se trata de hacer espacio para el dolor, la ansiedad y el miedo, así como la alegría y la gratitud. Cuando las personas en su equipo sienten que pueden llevar todo su ser y lo que sienten al trabajo, crea un sentido de pertenencia y confianza mutua. Como Theodore Roosevelt observó astutamente una vez: «A la gente no le importa cuánto sepas a menos que sepan cuánto te importa». No puedo pensar en un momento en el que una actitud de empatía y cuidado haya sido más importante que este momento actual.