Nasser Odetallah, vicepresidente de ventas

El consumo mundial de carne se duplicó de 1988 a 2018, con un crecimiento proyectado de un 30 por ciento adicional para 2030. Los expertos predicen que consumiremos más de 570 millones de toneladas de carne anualmente para 2050 (agriculture.gov.au, 2021). Los profesionales de la salud también concuerdan acerca del papel vital de las proteínas como parte de una dieta equilibrada y saludable, por lo que debemos proporcionar proteínas asequibles para una población mundial en crecimiento. Es esencial que lo hagamos de manera sostenible. Sin embargo, un aspecto importante a recordar es que la sostenibilidad significa muchas cosas diferentes para diferentes personas. En BRI, hemos desarrollado nuestra misión en torno a alimentar a una población en crecimiento de una manera económica y ecológicamente sostenible. Hemos hecho de la sostenibilidad un componente integral de todo lo que hacemos en BRI. Basarse en esa misión significa proporcionar a una población en aumento una dieta más rica en nutrientes, y a la vez aumentar la responsabilidad ecológica y seguir apoyando a los productores desde un punto de vista económico.

Más de 150 millones de niños menores de cinco años sufren una infinidad de deficiencias de salud física y mental que se atribuyen, al menos parcialmente, a la falta de alimentos de origen animal (Adesogan, 2018). La Organización Mundial de la Salud describe estos alimentos de origen animal como la mejor fuente de alimentos de alta calidad y ricos en nutrientes, especialmente para niños menores de dos años. Estos alimentos son vitales para mejorar la nutrición, reducir la pobreza, fomentar un estilo de vida saludable y superar la inseguridad alimentaria. La realidad es que las personas a nivel mundial necesitan carne, huevos y leche para vivir mejor; esto es especialmente cierto para los grupos particularmente vulnerables.

Desafortunadamente, hay momentos en que la ganadería se relaciona con una parte injusta de los objetivos de sostenibilidad debido a conceptos erróneos comunes en torno a la huella de carbono. Si bien sabemos que la agricultura tiene una huella de carbono, muchos olvidan que también contribuye positivamente al medio ambiente. De esta manera, la ganadería proporciona una huella más neutral, que es naturalmente sostenible, de lo que nunca antes se había considerado. Esta idea errónea puede ser peligrosa cuando se trata de producir un suministro sostenible de alimentos.

Por supuesto, siempre podemos obtener mejores resultados en la reducción de insumos y sostener la producción. Por ejemplo, siempre animo a los productores de ganado de todo el mundo a reformular las dietas para maximizar lo que están obteniendo de ellas. Cuando se hace correctamente, podemos incorporar aditivos para piensos, ingredientes tradicionales e ingredientes alternativos y mantener saludable el crecimiento de los animales y al mismo tiempo reducir la huella de carbono. Por ejemplo, la incorporación de enzimas permite una utilización óptima de los nutrientes y la reducción de los residuos. Esta acción de grado menor puede significar una reducción del 2 a 4 por ciento en insumos y la capacidad de mantener y optimizar la producción de manera sostenible. Con el tiempo, tales acciones se suman a enormes ahorros en los costos de producción y al mismo tiempo optimizan el resultado de una manera sostenible.

Esas prácticas contribuyen positivamente a la sostenibilidad económica de la producción ganadera. La alta cantidad de insumos significa carne más cara o una pérdida financiera. Por ello, también es imperativo reducir al mínimo los costos y las cantidades de esos insumos. Cuando se puede lograr el punto óptimo de menos ingredientes en la dieta, y proteínas provenientes de la carne más asequibles, usted tiene ganancias en todos los sentidos. Eso significa que debemos incorporar prácticas como la adopción de tecnologías, observar las prácticas de administración todos los días y hacer un seguimiento en la planta.

Además, cuando se utilizan enzimas, se usan menos ingredientes para piensos en las fórmulas dietéticas y, por lo tanto, se necesitan menos cultivos para mantener los mismos niveles de producción. Esto significa un ahorro global en general con respecto a los cultivos plantados, lo que permite que estos cultivos que se han ahorrado se utilicen en más formulaciones dietéticas y alimentar a más animales para lograr una producción de proteínas más asequible. La sostenibilidad es más que solo mantener la producción actual, sino mantener un crecimiento continuo de la demanda a los costos más bajos posibles.

Resolver los obstáculos a la sostenibilidad, la agricultura y la inseguridad alimentaria en el mundo puede ser abrumador. Sin embargo, estas respuestas están lejos de ser mutuamente excluyentes. Están interrelacionadas. Con las tecnologías adecuadas, podemos utilizar prácticas agrícolas, como la inclusión de enzimas y la gestión y predicción de datos, para alcanzar nuestros objetivos de alimentación sostenible para una población mundial en crecimiento. Después de todo, ¿qué profesión más noble hay que alimentar a la humanidad?